ORIGEN
DEL SISTEMA POLÍTICO
Frank Sánchez H[1]
“No
hay un modo único de conceptualizar cualquier esfera importante de la conducta
humana que tenga en cuenta toda su diversidad y complejidad.”
David
Easton.[2]
La teoría general de sistemas o teoría de sistemas es un esfuerzo de
estudio interdisciplinario que trata de encontrar las propiedades comunes a
entidades llamadas sistemas. Que se
desarrolla en la Biología con una concepción organicista y que influirá en las
diversas Ciencias Sociales. Su puesta en marcha se atribuye al biólogo
austriaco Ludwig Von Bertalanffy, quien acuño la denominación a mediados del
siglo XX. En este informe abarcaremos el desarrollo de la Teoría general de sistema como sus inicios,
evolución y resultados, así también se llegara a la conclusión de si el Sistema
Político es creado por el investigador o tiene existencia real, y concluiremos
con algunas críticas a la teoría sistémica de la política.
1. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA
TEORÍA GENERAL DE SISTEMA:
El enfoque sistemático se ha trasladado al campo de las ciencias
sociales de otros campos del conocimiento, como la biología y la ingeniería. No es en
realidad, un enfoque absolutamente nuevo y original. Ya en las obras de
antiguos pensadores griegos, Hobbes,
Leibniz, hasta Marx y Engel, encontramos
ocasionales referencias a la existencia de Sistemas, en los que existe
interdependencia entre los elementos componentes
Pero también
encontramos antecedentes más directos como Durkheim y Malinowski, pero la
sistematización teórica más amplia y rigurosa del enfoque sistemático, de la
que derivan todas sus aplicaciones modernas conocidas en nuestro campo, es la
desarrollada en la década de los años treinta por Ludwig Von Bertalanffy, bajo
el nombre de Teoría General de los Sistemas.
Ludwig Von Bertalanffy veía
en la concepción totalizadora de la
biología (denominada organicista) el esquema que conceptualizaba al organismo
como un sistema abierto, en constante intercambio con otros sistemas
circundantes por medio de complejas interacciones. Esta concepción dentro de
una Teoría General de la Biología fue la base para su Teoría General de
Sistemas.
“su objeto central
es la formulación y derivación de aquellos principios que son validos para todo
sistema general”, Bertalanffy añade, “…. La elaboración de la teoría sistémica
general probará ser un paso fundamental para la unificación de la ciencia”. [3] Se
trata en definitiva, de una concepción científica con fuerte vocación
holística, cuyo concepto central es considerado también por algunos críticos
como vago, difuso y metafísico.
Talcott Parsons, sociólogo
estadounidense, asegura que las sociedades tienden a la auto regulación así
también como a la interacción constante
de todo sus elementos. La autosuficiencia de una sociedad está marcada por las
necesidades básicas entre las que se pueden encontrar el preservar el orden
social, la educación como socialización, etc.
Parsons desarrollo la Teoría de la Acción, en la que
considera cuatro imperativos funcionales necesarios para todo tipo de sistema,
la adaptación, la capacidad para alcanzar metas, la integración y el
mantenimiento de patrones.
En su Teoría
sistémica, Parsons analiza a cada sistema con cierto grado de jerarquía,
y consideraba que el sistema que englobaba todo era el Sistema Cultural, el
cual regulaba las orientaciones y dentro de este sistema general se encontraba
el Sistema Social. Parsons sostiene que el sistema social se encuentra
estructurado en relación a sus cuatro funciones, la función de adaptación estaba relacionada con la economía, la
capacidad para alcanzar metas estaba determinada por la política, la
integración estaba dada por la comunidad y el mantenimiento de patrones por la
endoculturación, solo interactuando
entre sí funcionan como sistema.
Robert Merton, influenciado por
las teorías de Parsons, realizara un análisis microscópico de la sociedad, analizando las
partes que la integran y la relación
entre ellas. Merton considera a la estructura como un sistema de
relaciones relativamente estables entre las partes de un conjunto, y la
estabilidad deriva de la permanencia de los actos sociales más allá de las personas.
Los
elementos que integran el sistema son subsistemas interdependientes, que
cumplen funciones sociales necesarias para el funcionamiento, regularidad y
estabilidad de todo el sistema. Cada subsistema cumple una función. Si cumple
con sus objetivos se le denomina funcional, y, en caso contrario, disfuncional.
David Easton, politólogo
canadiense, presenta interés por la estabilidad y el orden por los mecanismos
que posibilitan la persistencia de los sistemas políticos en un mundo de
cambios y tensiones. Es por ello que en 1953 público su Teoría del Sistema Político,
en donde establecía las diferencias entre las interacciones políticas de todas
las interacciones sociales que se
orientan predominantemente hacia la asignación autoritaria de valores para una
sociedad, con lo cual define que el sistema político es aquel que distribuye
valores a la sociedad.
Karl Deutsh, retoma las ideas
de Easton y plantea la idea de un sistema político como un conjunto capaz de
auto dirigirse a partir de las respuestas que recibe del medio ambiente en el
cual actúa, es decir que intenta satisfacer las necesidades de la sociedad.
Deutsh
influenciado por la Teoría de la Información y Cibernética, identifica tres
factores fundamentales para la perduración de toda sociedad o cultura: el
desarrollo, la adaptabilidad y la capacidad de aprendizaje. El desarrollo es un
incremento en la existencia y
articulación de elementos para los fines propios del sistema, y abarca varias
dimensiones (los recursos humanos, el desarrollo económico, la disponibilidad
de recursos materiales y humanos, etc.), la adaptabilidad se expresa en el modo
flexible de asumir las nuevas tensiones o desafíos originados en el ambiente y
se relaciona con la capacidad de aprendizaje, está a su vez, se manifiesta en
la capacidad de orientarse hacia la búsqueda de nuevos objetivos y la capacidad
de realizar modificaciones
estructurales.
Deutsh, finalmente
afirma que es una característica de la política y los sistemas políticos de
occidente es el hecho de haber desarrollado diversas técnicas cuya función o
misión es acelerar la innovación y el
aprendizaje social.[4]
G.A. Almond y G.B. Powell, científicos
políticos estadounidenses, son los que definieron las funciones más importantes
del sistema político, como la articulación de intereses, la agregación de
intereses, reglas, aplicación de reglas, adjudicación política, comunicación
política, etc.[5]
Como se puede
constatar la Teoría de los Sistemas
Políticos, surge a partir de una revolución teórica que se da entre los años
1950 y 1960, debido entre otras cosas a la insuficiencia del enfoque de la
política comparada desarrollada hasta entonces, y sus tendencias como el parroquialismo,
ya que se limito mucho tiempo al área Europea; el predominio del enfoque
configurativo cuyo objeto consistía en analizar y definir características
peculiares de determinados sistemas políticos y el formalismo de la disciplina,
ya que la mayor parte de los estudios se limitaron a las instituciones, normas legales y sus
reglamentos descuidando las conductas, interacciones, ejecuciones, etc.
2. CONCLUSIONES:
En el campo de la
Ciencia Política, el concepto de Sistema Político fue elaborado como un modelo
Teórico, es decir como una abstracción de la realidad política que se quiere
explicar, para la cual se le simplifica, reduciéndola a sus rasgos considerados fundamentales (elementos básicos y relaciones entre esos elementos) con el fin
de hacerla inteligible.
Por otra parte no
es el único modelo posible. Dentro del panorama teórico global, está ubicado en
uno de los tipos de modelo existentes,
denominados “modelos de integración y de orden”, en contraposición a los denominados “modelos de conflicto”.
Esto no solo tiene implicaciones
teóricas sino también ideológicas y cosmovisionales.
3. CRÍTICA A LA TEORÍA SISTÉMICA POLÍTICA:
David Easton
permanece, en lo fundamental, muy cerca de la teoría Sistémica General. A pesar
de que su motivación principal es posibilitar la investigación politológica
empírica, uno de los puntos más débiles de su teoría se relaciona justamente
con este punto, su difícil y a veces imposible operacionalización.
Dos
deficiencias recurrentes pueden
encontrarse en este aspecto en todo su
trabajo: primero, las aplicaciones empíricas de su marco teórico son dejadas
por él para ser realizadas en el futuro, y segundo, formula muchas
definiciones, pero ninguna de ellas resulta plenamente operativa. Easton no
indica cómo hacerlas operativas en el momento de realizar una investigación
empírica.
Hasta ahora nadie
ha logrado una verdadera investigación científica empírica sistemática de
orientación cuantitativa, en el campo de la política.
Dentro de las
crítica del funcionalismo estructural, se le crítica su postura conservadora,
pues considera que son funcionales los factores que preservan la existencia de
un determinado sistema.
En consideración
con el cambio social, esta teoría se limita gravemente, pues le impide
explicarse dicho cambio.
El funcionalismo
estructural no advierte la existencia de la estructura económica de la
sociedad.
BIBLIOGRAFÍA:
1.
Almond
G. y Powell G.B. Política Comparada: Una concepción evolutiva, Ed. Paidos,
Buenos Aires, 1966.
2.
Deutsh,
Karl. Política y Gobierno, México, FCE, 1976.
3.
Deutsh,
Karl. Los nervios del gobierno, México, FCE, 1985.
4.
Easton,
David. Esquema para el análisis Político, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1969.
5.
López,
Ángel G. Las Teorías de Sistemas en el estudio de la cultura política, Redalyc,
2008.
6.
Von
Bertalanffy, Ludwig. Teoría General de los Sistemas, México, FCE, 1981.
[1] Estudiante
de la escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico
Villarreal (UNFV); Frank_sanchezcp@hotmail.com;
trabajo presentado para el curso “Escuelas y corrientes de la Ciencia
Política”, 2011.
[2] Easton,
David. Esquema para el análisis Político, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1969.
[3]
Von Bertalanffy, Ludwig. Teoría General de los Sistemas, México, FCE, 1981.
[4]
Deutsh, Karl. Política y Gobierno, México, FCE, 1976.
[5]
Almond G. y Powell G.B. Política Comparada: Una concepción evolutiva, Ed.
Paidos, Buenos Aires, 1966.
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